El trabajo experimentado y en continuo reciclaje de las personas de la administración, proporciona el cuidado permanente de la casa. Este entorno de orden, limpieza, detalle y buen gusto, complementa el fin formativo de Montecelo.
Es una verdadera tarea de servicio a los demás, un trabajo escondido en la realización pero no en los efectos, de manera, que sin la administración, Montecelo no podría existir.